Aunque la situación del encierro es diferente en cada país europeo, todos tuvimos que adaptar nuestros hábitos de comida, cocinar y hacer las compras. Varias personas en toda Europa se han abierto a contarnos sus historias sobre la forma en que sus vidas han cambiado durante estos tiempos extraños.
DAVID (28) Y LUKAS (29), BERLÍN, ALEMANIA
![]()
'Vivimos en un piso compartido en Berlín junto con Laura (30). El gobierno alemán ha recomendado no salir tanto de la casa, por lo que sólo salimos a comprar o dar un paseo por el parque cercano. Solo las tiendas de comida están abiertas, el resto permanece cerrado.
Todos hacemos la compra y de media solemos ir una vez al día - ¿Qué más podemos hacer? Antes de la pandemia, íbamos con menos frecuencia, quizá una vez cada tres días. Tratamos de no acumular demasiada comida, excepto por un momento en particular: Estuvimos buscando harina en tres tiendas diferentes y cuando finalmente la encontramos, decidimos abastecernos y compramos tres paquetes. Como con la harina, todavía hay algunos ingredientes que casi nunca están disponibles, como la levadura y otros que son cada vez más difíciles de encontrar, como el jengibre.
Nuestros hábitos culinarios no han cambiado mucho. Aunque no somos vegetarianos, intentamos cocinar principalmente comida vegetariana en casa y de media cocinamos una vez cada dos días. Todos cocinamos, y cocinamos más de lo normal, siendo que no se puede salir a comer a restaurantes. Hemos notado que experimentamos más. Hemos comenzado a fermentar diferentes cosas como el kimchi y la cerveza de jengibre. También horneamos muchos pasteles diferentes, hicimos pesto y pate de alubias blancas. Una vez también cocinamos Knödel con rollos de repollo (un plato alemán con dumplings) y Pho vietnamita, que tardó un poco en estar listo. El Knödel también le costó un poco cocinarse y resultó muy bueno - sabía igual que el de nuestras abuelas alemanas.
Nuestras comidas para llevar van desde potajes de lentejas negras con tomate, calabacín y cilantro con tahini encima, curry con muchas verduras y patatas, hasta burritos de verduras con alubias rojas y guacamole - a nuestros ojos, una dieta muy equilibrada y saludable. Yo [David] soy de Tel Aviv, así que sin duda eso también ha influido en nuestra cocina. Normalmente comería pescado como fuente de proteínas, ya que habitualmente voy al gimnasio y siento que lo necesito después. Pero ahora he dejado de hacer deporte y no tengo una necesidad tan alta de proteínas. Así que, en general todos comemos menos carne y pescado que antes, ya que ahora tampoco lo tomamos el comedor, en restaurantes o en casa de nuestras familias. El desperdicio de alimentos (que ya intentábamos evitar) también es menor, ya que comemos más en casa y también tendemos a limpiar la nevera con más frecuencia”.